El equipo Estrellas Orientales es propiedad de una compañía legalmente constituida, llamada Corporaciónn Deportiva de San Pedro de Macorís, de la cual fue su primer presidente el doctor Miguel Feris Iglesias, fallecido.
Feris Iglesias fue presidente de esa compañía hasta el momento de su lamentable fallecimiento.
Hoy, su puesto como presidente de la indicada empresa es el licenciado José Manuel Mallén Santos.
En el momento del fallecimiento de Don Miguel, el señor Mallén era el presidente de las Estrellas Orientales.
Así, los dos buenos amigos se repartían las importantes funciones: uno (Feris Iglesias) era el presidente de la compañía y el otro (Mallén) era el presidente del equipo (Estrellas Orientales).
Fui testigo de excepción, como otras personas vinculadas al mencionado equipo, de la clase de aprecio y respeto que se profesaban Feris Iglesias y Mallén.
En más de una ocasión el doctor Feris Iglesias me habló con preocupación de los afanes del licenciado Mallén con el equipo y de sus temores que por ellos éste viera afectada su salud y hasta su economía.
De igual modo, me llegó a comentar el doctor Feris Iglesias de cómo se sentía comprometido con las Estrellas, por una herencia familiar, y por su cariño hacia Mallén, a quien me dijo, en más de una ocasión, fue él quien lo reclutó como accionista de las Estrellas. Esta última versión me ha sido confirmada en más de una ocasión por el licenciado Mallén.
También escuché, con Don Miguel en vida, de labios del licenciado Mallén, manifestarle éste al doctor Feris Iglesias un gran aprecio. En alguna ocasión escuché decirle Mallén a Feris: «Tú eres mi hermano mayor».
Asimismo, en más de una ocasión -espero no ser indiscreto- me dijo el licenciado Mallén que el doctor Feris Iglesias (y el grupo de empresas de la familia de éste) era el principal patrocinador de las Estrellas Orientales.
Como anécdota les cuento como una vez, mientras yo veía un juego de las Estrellas junto a Don Miguel en el Estadio Quisqueya, éste me dijo «Míralo, míralo -a Mallén- se va a morir. Este equipo lo va a matar».
Don Miguel me hizo el señalamiento, mientras el señor Mallén se paseaba nervioso, de derecha a izquierda, subía y bajaba peldaños de las escaleras en las graderías, cuando a las Estrellas el equipo contrario, el Escogido, le hacía un rally, le anotaba varias carreras.
No pasaron dos entradas del juego, cuando tuve que alejarme forzosamente de Don Miguel, por lo insoportable que resultaba para mí el humo de su tercer o cuarto cigarillo seguido.
Al despedirme, solo le dije: «Me voy porque a aquel lo matará el equipo, este -señalé a Feris Iglesias- se irá de palo con él y no quiero que a mí me mate el cigarillo».
Don Miguel esbozo entonces su más amplia sonrisa. Las Estrellas amenzaban con empatar el juego, que si mal no recuerdo, finalmente ganaron, viniendo desde atrás en el mercador.
Esos dos hombres de quienes les hablo, exitosos empresarios, han sido dos grandes fanáticos de su equipo. Y fueron dos grandes amigos. Socios en otras actividades comerciales, ajenas al béisbol, como me llegó a comentar cada uno por separado.
Por eso, nunca se escuchó, mientras ellos lideraban el equipo Estrellas Orientales, rumor alguno de las desavenencias que se han escuchado entre los principales accionistas de otros equipos, las cuales, en algunos casos, hasta han dado al traste con las aspiraciones de esos equipos de ganar campeonatos.
Las causas por las cuales las Estrellas no han ganado campeonatos en los últimos años, bajo la dirección de la Corporación Deportiva de San Pedro de Macorís podrán haber sido muchas, y de variada naturaleza, pero nunca han estado entre ellas, desavenencias entre sus accionistas, como ha ocurrido con otros equipos de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional (LIDOM).
No fue así mientras Don Miguel estuvo con vida, ni ha sido así luego de su muerte, cuando su hijo, el ingeniero Miguel Feris Chalas, ha tenido las mismas relaciones armoniosas, de profunda consideración y respeto mutuo con el licenciado Mallén.
Desde hace varios años también he sido testigo de eso, por expresiones de Miguelito y de Mallén.
Así que ahora, cuando al haberse cumplido 50 años de la última vez que las Estrellas ganaron un campeonato nacional de béisbol, y la efeméride ha motivado análisis y señalamientos sobre las causas de tanto tiempo sin que los Orientales ganen un campeonato, me parece justo se haga saber que, por lo menos durante el tiempo que tiene operando la Corporación Deportiva de San Pedro de Macorís (desde el 2005), desavenencias entre sus principales accionistas y directivos, no han sido causas de las derrotas. Ellos han constituido un ejemplo de una sociedad en hermandad.